Lo que pudo ser y no fue

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Ya han pasado muchos meses, y aún en su cabeza le sigue viniendo la misma imagen, su mirada clavada en la suya poniendo todos los esfuerzos en que no fuera un hasta siempre, ella, muda por no querer pronunciar un adiós. Ahora, arrepentida por no haber pronunciado un hasta luego. Lo único que fue capaz de hacer es darle un beso y darse la vuelta, deseando con todas sus fuerzas que no fuera la última vez, esperando desde ese momento un próximo encuentro.

Ella, y su desconfianza, él y su forma de hablar en clave. Ella, y su genio, él y su bipolaridad. Ellos, y esa forma de enviarse mensajes subliminales que sólo los dos sabían descifrar.

Ya han pasado muchos meses, y sigue sin poder olvidar ese beso que le dejó sin aliento, que casi hace que se caigan al suelo, que demostró lo que no supieron hacer a través de las palabras. Hoy, sólo pide que ojalá algún día pueda volver a besar a una persona como lo hizo aquella noche de verano, que ojalá llegue alguien que le haga temblar cada vez que le vea, como él sólo pudo hacer.

Ella, esperando cada día un encuentro casual, un mensaje,deambulando cada noche sólo por el deseo de encontrarlo en cualquier bar de la ciudad. Él y su paciencia, confiando en que algún día volvería, y volvió, pero demasiado tarde. A pesar de toda la espera volvieron a caer en las garras de la cobardía. Sus orgullos se volvieron a aliar para echar un pulso en el que acabaron perdiendo los dos. Ella se cansó de descifrar los mensajes que llegaban a su orilla, él, se cansó de seguir esperando.

Ya han pasado muchos meses, y aún se le caen las lágrimas cada vez que escucha esa canción, su canción, esa que un día él le envió como sólo sabe hacer, subliminalmente. Tardó días en descifrarla, pero desde entonces se convirtió en la banda sonora de su historia de amores contrariados.

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Que sepas que aún no se ha rendido, que piensa volver aunque sea demasiado tarde, pero sea cuál sea la respuesta, sabrá que podrá respirar tranquila de una vez. Que sepas, que aunque intentó tirar el telescopio por la ventana, aún lo sigue utilizando, de vez en cuando, desde su ventana a la tuya. Y que gracias a ésto, ha aprendido a arriesgar, no piensa volver a esconder los sentimientos. Ha aprendido que más vale llenar todo un océano de lágrimas de golpe, que no derramar ninguna con la esperanza de lo que pudo ser y no fue.

Ojalá tú también aprendas lo mismo, los dos sabéis que la cobardía no os llevó a ningún puerto.  Mientras tanto, se conforma y te dá las gracias por haber vivido una noche que jamás olvidará, una historia que se quedará para siempre en su recuerdo.

@coralgdorado

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